Los adolescentes han dejado de ser niños y se están convirtiendo en adultos, pero aun no lo son. Podríamos decir que se encuentran en tierra de nadie, pero no es cierto. Se encuentran en su propio y singular territorio; en una etapa de transformación física, psicológica y social, en la que han de hacer frente a nuevos retos:
- adaptarse a cambios físicos
- cuestionar los valores familiares y sociales
- construir su identidad adulta individual, social y de pareja
- decidir acerca de su futuro laboral
Como consecuencia, aparecen cambios de comportamiento que habitualmente no son bien acogidos por su entorno familiar; y progresivamente se va abriendo una brecha entre el adolescente y su familia que puede agravarse y prolongarse durante la vida adulta.
En ocasiones, además aparecen problemas de ansiedad, agresividad, adicciones, trastornos de la conducta alimentaria, acoso escolar, ideas de suicidio, etc.
En Oamuk, acompañamos a los jóvenes mediante sesiones de kinesiología y/o psicoterapia para que vivan plenamente esta etapa de cambio, desarrollando toda su creatividad, confianza y recursos.